Hace días que le doy vueltas a los premios que estoy recibiendo. No se que hacer con ellos, no es que sean muchos, pero me pesan.
Pensaba no hacer nada.
Pero me gustaría explicar a que conclusión he llegado.
Reconozco que cuando empecé, hace ya unos tres meses, deseaba recibir al menos un premio.
Pero cuando llegó... descubrí que no es oro todo lo que reluce.
Mi emoción se volvió agobio al empezar a seguir todos los pasos.
Buscar blogs de menos de 200 seguidores, avisar, contestar a preguntas que no siempre te apetece responder y crear una entrada extra.
Y a los dos días del primer premios, recibo un par más.
Diooooos... Me costó un par de horas seguir todos los pasos del primer premio y no quería invertir dos horas más en los siguientes.
Quizá a vosotras os resulte más sencillo, pero a mi me costó muchísimo, pero muchísimo. Tanto que sentí perder un tiempo que podía dedicar a crear una entrada nueva o otra cosa.
Me acordé de las cartas en cadena que tenías que reenviar o recibirías el castigo divino de la carta maldita.
Unas cartas de horror que nunca continuaba, siempre las guardaba y asumía las posibles catástrofes venideras.
Cuento esto porque no me veo capaz de aceptar los premios.
Siento si algunas esperáis que os corresponda.
No quiero que nadie se sienta ofendido.
Pero al priorizar las actividades de mi vida, los premios han caído al final de una larga lista de cosas que tengo por hacer.
Además, creo que cuando un blog, realmente, nos interesa y lo admiramos, hay otras maneras de expresar nuestro aprecio o ganas de saber más sobre el blogger.
Yo no tengo un blog súper famoso, ni recibo muchísimas visitas.
Podría decir que reconozco a todas las lectoras fieles.
Sé que están ahí.
Responden a mis preguntas, me dan sugerencias y me dedican un tiempo.
Me parece un premio para mí.
Cuando empecé a mostrar lo que hacía, fue todo un reto.
Siempre he creado cosas, pero también soy muy crítica y exigente.
Sólo mostraba lo que hacía a los más próximos. Pensando que no era bastante bueno como para enseñarlo demasiado.
Pero las cosas canvian.
He crecido con el blog.
Incluso me he lanzado con mi primera feria.
Y todo gracias al blog y las que me dedicáis un ratito.
Por eso también me siento premiada.
Y me encanta haber creado mini lazos de amistad con algunas de vosotras.
Aprendo y os admiro.
Disfruto comentando en vuestros blogs.
Y no frases del tipo: "Que bonito. tienes un premio"... jejejejeje. (tenía que decirlo...)
Me alegra recibir vuestros comentarios.
Y también me siento premiada con esto.
Así que, perdonadme,pero no puedo aceptar más premios en cadena.
Besos